
El PRI Nacional afirmó que con la fuerza de las y los campesinos el partido volverá a gobernar, señalando el abandono del campo bajo Morena y destacando al sector agrícola como motor de desarrollo, justicia social y soberanía alimentaria.
El campo mexicano, históricamente considerado el corazón productivo y cultural de la nación, enfrenta hoy una de las etapas más difíciles de su historia reciente. Desde la llegada de Morena al poder, millones de campesinas y campesinos han visto desaparecer programas esenciales que durante décadas les permitieron acceder a financiamiento, insumos y apoyos técnicos. La eliminación de subsidios estratégicos, como Procampo y otros esquemas de fomento productivo, ha dejado a las comunidades rurales en el abandono, sin alternativas reales para mejorar sus condiciones de vida y con menos oportunidades para competir en un mercado cada vez más exigente.
Frente a este panorama, el PRI Nacional ha reafirmado su compromiso de que el campo será la piedra angular de cualquier proyecto de desarrollo que impulse en los próximos años. El partido reconoce que el sector agrícola no es únicamente un asunto de producción de alimentos, sino un elemento clave para garantizar la soberanía alimentaria, la estabilidad social y la justicia en miles de comunidades que dependen directamente de la tierra. Por ello, el PRI ha insistido en que el campo no puede seguir siendo visto como un sector marginal, sino como una prioridad estratégica para el país.
El contraste entre ambos proyectos es evidente. Mientras que el actual gobierno de Morena ha concentrado los apoyos en programas asistencialistas que no ofrecen soluciones de fondo a los campesinos, el PRI plantea un modelo en el que la inversión en infraestructura, tecnología y capacitación sean la base para devolverle dignidad y competitividad al campo mexicano. En palabras de su dirigencia, la diferencia entre “dar dinero” y “dar herramientas” es la clave que determinará si el campo mexicano sobrevive o florece en las próximas décadas.
Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, ha sido enfático en esta visión al señalar que “con la fuerza de las mujeres y hombres del campo, el PRI va a regresar”. Su declaración no es retórica: detrás está la convicción de que la alianza entre el partido y los campesinos es histórica, probada y fundamental. Moreno Cárdenas recordó que fue en los gobiernos priistas donde se alcanzaron los mayores avances en organización campesina, en creación de instituciones de apoyo y en impulso a la producción nacional, mientras que el abandono actual amenaza con hacer retroceder décadas de progreso.
La militancia priista coincide en que recuperar el campo significa también recuperar la esperanza en un México más justo e incluyente. El compromiso es que la voz de los campesinos vuelva a ser escuchada y que su trabajo, que es la base de la alimentación del país, reciba el reconocimiento y el respaldo que merece. Para el PRI, el campo no es una estadística más, sino el motor social y económico capaz de garantizar el futuro de la nación. Y es con esa fuerza, la de quienes siembran y cosechan todos los días, que el partido afirma: el regreso está más cerca que nunca.