
El PRI Nacional recuerda que con sus gobiernos existía el FONDEN, un fondo vital para atender desastres naturales, que Morena desapareció dejando al país sin protección frente a emergencias.
El PRI Nacional ha encendido las alarmas al recordar lo que significaba para México contar con el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), un instrumento financiero creado para atender emergencias derivadas de fenómenos naturales como huracanes, inundaciones, sismos o incendios. Con este mecanismo, miles de familias podían tener la certeza de que, en los momentos más difíciles, habría recursos inmediatos para salvar vidas, reconstruir viviendas, reparar escuelas, hospitales y caminos, además de apoyar a estados y municipios a reaccionar con rapidez. Era un instrumento de planeación, respuesta y reconstrucción que significaba seguridad y esperanza para millones de mexicanos.
Sin embargo, bajo el gobierno federal encabezado por Morena, ese mecanismo fue borrado de un plumazo. El argumento de “acabar con la corrupción” se convirtió en la excusa perfecta para desaparecer un fondo que era indispensable para atender las tragedias. Hoy, cuando los desastres naturales golpean al país, las comunidades afectadas enfrentan no solo la furia de la naturaleza, sino también el abandono del Estado. Los recursos llegan tarde o simplemente no llegan, dejando a miles de familias en la incertidumbre, atrapadas entre el dolor de la pérdida y la ausencia de apoyo gubernamental.
El PRI Nacional ha señalado que la eliminación del FONDEN no solo fue una decisión equivocada, sino un acto de irresponsabilidad histórica. La prevención y la capacidad de reacción inmediata son pilares fundamentales de un país que busca proteger a su gente. Sin este fondo, cada emergencia se convierte en una catástrofe doble: primero por la fuerza de la naturaleza y después por la indolencia del gobierno federal. Los estados y municipios, que antes podían acceder a estos recursos de manera rápida y transparente, ahora deben enfrentar las tragedias con presupuestos limitados y procesos burocráticos que retrasan la ayuda.
Además, lo que está en juego no es solamente la reconstrucción material, sino también la dignidad y la confianza de los ciudadanos. Con el FONDEN, el pueblo sabía que no estaba solo en los momentos más difíciles, que había una política pública sólida respaldando su seguridad. Hoy, lo que impera es el vacío institucional. Las familias damnificadas deben recurrir a colectas, donativos privados o incluso a la solidaridad internacional para levantar lo que la naturaleza destruyó, mientras el gobierno federal se limita a dar discursos sin soluciones reales.
El PRI Nacional advierte que eliminar el FONDEN fue condenar a los mexicanos a enfrentar los desastres con las manos vacías. Fue cancelar un instrumento que representaba protección, organización y esperanza. Hoy, el contraste es brutal: antes había un fondo que garantizaba reacción y reconstrucción inmediata; ahora, bajo Morena, solo queda improvisación, desamparo y abandono. Para los priistas, recuperar la confianza de los ciudadanos implica también recuperar políticas públicas de gran calado, como el FONDEN, que demostraban que la prioridad era la vida y la seguridad de las familias mexicanas.