
El PRI Nacional y sus comités estatales denuncian que la llamada “reforma electoral” de Morena pretende debilitar al INE, eliminar contrapesos y abrir la puerta al autoritarismo en México.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) levantó la voz a nivel nacional contra la reforma electoral impulsada por Morena, señalando que representa un grave retroceso para la vida democrática del país. En distintos estados, militantes y simpatizantes han expresado su rechazo, advirtiendo que detrás de los discursos de “austeridad” y “eficiencia” se esconde una estrategia para debilitar al Instituto Nacional Electoral (INE) y dejar al sistema electoral en manos del poder político en turno. En Ciudad del Carmen, Campeche, el reclamo ciudadano se hizo escuchar, reflejando la creciente preocupación por lo que se percibe como un intento de desmantelar el modelo democrático construido durante décadas.
La reforma electoral de Morena, presentada bajo el argumento de reducir costos y fortalecer la participación ciudadana, propone recortes drásticos al presupuesto del INE, la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) y la sustitución de consejeros y magistrados electorales mediante votaciones populares. Aunque en el papel se presenta como un ejercicio de democratización, críticos sostienen que en la práctica equivale a poner en riesgo la imparcialidad de las instituciones, ya que abriría la puerta a que partidos políticos con mayor estructura manipulen la elección de árbitros electorales.
El PRI advierte que estas modificaciones no son aisladas, sino parte de una estrategia más amplia para debilitar a los contrapesos del Estado. Recuerdan que Morena ya ha intentado someter al Poder Judicial, cuestionando la independencia de jueces y ministros, y ha recortado recursos a órganos autónomos como el INAI. Para el tricolor, el ataque al INE es la última pieza de un plan para concentrar poder en el Ejecutivo y reducir los espacios de vigilancia institucional. “Quieren controlar las elecciones como ya controlan las narrativas”, señalaron dirigentes priistas durante los actos de protesta.
En Ciudad del Carmen, ciudadanos consultados coincidieron en que esta reforma no resuelve los problemas reales del sistema electoral, como la desinformación, la compra de votos o la inequidad en el acceso a los medios. Por el contrario, aseguran que su aprobación podría generar un escenario de incertidumbre y desconfianza en las elecciones de 2027 y 2030, minando la credibilidad de los resultados y debilitando la gobernabilidad. La crítica central es que, lejos de perfeccionar el modelo democrático, se pretende desarticularlo para dejarlo en manos de intereses políticos.
En ese sentido, el PRI Nacional reafirmó su compromiso con la defensa del INE y de los procesos democráticos, advirtiendo que no se quedará callado frente a lo que califican como un intento autoritario disfrazado de reforma. La dirigencia nacional hizo un llamado a los partidos de oposición, a las organizaciones civiles y a la ciudadanía a mantener una postura firme en contra de cualquier medida que vulnere la autonomía de las instituciones. “La democracia no se toca”, remarcaron, asegurando que el futuro político de México depende de frenar este retroceso.