
En la Tercera Plenaria y en la LXXIV Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional, el PRI delineó propuestas y aprobó acuerdos que lo fortalecen como la voz de una ciudadanía cansada de la corrupción y el fracaso de Morena.
El PRI Nacional concluyó ayer una intensa jornada de trabajo con dos eventos clave que marcaron su estrategia rumbo a los próximos meses: la clausura de la Tercera Reunión Plenaria y la celebración de la LXXIV Sesión Extraordinaria de su Consejo Político Nacional. Ambos espacios no fueron meros actos protocolarios, sino ejercicios de deliberación profunda y de construcción de propuestas para enfrentar los grandes retos del país en un contexto de hartazgo social hacia los malos gobiernos de Morena. El mensaje fue contundente: el PRI no solo está vivo, sino que está preparado para ser la voz de millones de mexicanos que se sienten abandonados y traicionados.
Durante la plenaria, legisladores y dirigentes del tricolor contaron con la participación de expertos en diversas áreas, lo que permitió enriquecer la agenda del partido con propuestas concretas en temas de seguridad, economía, desarrollo social y fortalecimiento democrático. La intención, explicaron, es clara: poner sobre la mesa soluciones firmes y viables frente al desastre de políticas públicas que ha dejado el actual régimen. El #PRIconMéxico, como lo expresó su dirigencia, seguirá trabajando y entregando resultados en contraste con un gobierno que solo ha ofrecido improvisación, corrupción y división.
Más tarde, la atención se concentró en la LXXIV Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional del PRI, máximo órgano de decisión interna del partido. En este encuentro se aprobaron acuerdos fundamentales para fortalecer la vida interna de la organización y reforzar la cohesión entre sus estructuras locales y nacionales. El objetivo: dotar al PRI de la solidez política necesaria para enfrentar con mayor eficacia los desafíos electorales y sociales del país. Lo aprobado no solo mira hacia dentro del partido, sino también hacia afuera, como respuesta directa a lo que calificaron como la destrucción institucional impulsada por Morena.
El tono que predominó en ambas reuniones fue de unidad y compromiso con México. Dirigentes, legisladores y consejeros coincidieron en que la ciudadanía demanda una oposición seria, valiente y con propuestas concretas. En ese sentido, el PRI Nacional buscó proyectarse como el canal de esa inconformidad social, dejando claro que sus decisiones no son meramente partidistas, sino un reflejo de las demandas de la gente que vive la inseguridad, la falta de empleos y la crisis en los servicios públicos. La narrativa que se construyó es la de un partido que no se resigna y que, pese a las adversidades, mantiene la convicción de luchar por un país más justo y democrático.
La jornada cerró con un mensaje de esperanza y firmeza: el PRI no se doblega ante la persecución política ni se deja arrinconar por la narrativa oficialista. Con la plenaria y el Consejo Político como escaparate, la dirigencia nacional dejó en claro que el tricolor seguirá siendo una pieza central en la defensa de la democracia y en la construcción de un proyecto alternativo frente al régimen de Morena. El día de ayer fue, en suma, una demostración de que el PRI no está en retirada, sino en plena reorganización para dar la batalla que, aseguran, México reclama y necesita.