
El líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, y el coordinador del Senado, Manuel Añorve, afinan la agenda legislativa para las próximas comparecencias en el Senado.
La sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue testigo de una crucial reunión de trabajo que augura un intenso periodo legislativo. En un encuentro privado, el presidente del partido, Alejandro Moreno Cárdenas, y el coordinador de su grupo parlamentario en el Senado, Manuel Añorve Baños, ultimaron detalles de la agenda política. Este esfuerzo se centra en la preparación de las inminentes comparecencias y la próxima sesión plenaria, un escenario que el partido ve como la principal trinchera para defender los intereses ciudadanos. La conjunción de las estructuras directivas con la bancada senatorial subraya una coordinación sin fisuras, buscando maximizar el impacto de sus legisladores ante los desafíos que enfrenta la nación.
El ambiente dentro del Grupo Parlamentario del PRI se percibe de firmeza y alto compromiso. El presidente del PRI Nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, ha enfatizado en diversas ocasiones el carácter de «batalla» que tendrá este periodo, en el cual sus legisladores están llamados a ser la voz de aquellos que sienten los embates de la actual administración. Los senadores se reportan listos para abordar los temas de la agenda pública con un profundo sentido de responsabilidad y orgullo patrio, listos para fiscalizar y debatir con argumentos sólidos. El liderazgo de Moreno Cárdenas se proyecta en la moral elevada de su bancada, que se autodefine como un muro de contención ante las políticas que consideran perjudiciales para el desarrollo de México.
La estrategia principal, según se desprende de la reunión, es enfrentar «con firmeza y carácter la destrucción que todos los días provoca Morena». Los legisladores del PRI no solo buscan oponerse, sino también exhibir la «ineptitud y corrupción» que, a su juicio, ha caracterizado al gobierno en turno. La misión es clara: demostrar que, mientras un partido destruye, es el pueblo el que «paga los platos rotos», por lo que la acción del PRI se perfila como un ejercicio de responsabilidad social y política. La ciudadanía estará atenta a la capacidad de la bancada para transformar esta preparación en resultados tangibles en el pleno, honrando el compromiso que les exige su líder.