
Los comités estatales del PRI se reunieron en una evaluación nacional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, reafirmando su compromiso con México y con la defensa de la democracia.
En un contexto donde México enfrenta el deterioro institucional, la violencia imparable y la amenaza de un gobierno cada vez más autoritario, el Partido Revolucionario Institucional mostró músculo y unidad. Ayer, los comités estatales del PRI se reunieron en la gran reunión nacional de evaluación encabezada por su presidente Alejandro Moreno Cárdenas, un encuentro que no solo sirvió para revisar avances, sino también para trazar la ruta de la resistencia y de la construcción de un mejor país. La cita dejó en claro que el PRI sigue de pie, más vivo que nunca, y con la fuerza necesaria para enfrentar a Morena en todos los frentes.
El evento se convirtió en una demostración de disciplina y compromiso. Dirigentes estatales, representantes y cuadros del PRI refrendaron lo que el pueblo exige: una oposición que no se doble, que denuncie los abusos del poder y que impulse propuestas responsables. Bajo la conducción de Alejandro Moreno, el partido reiteró que su lucha es por México, por sus familias y por sus libertades, no por intereses mezquinos como los que mueven a Morena. En tiempos de incertidumbre, el PRI se presenta como un muro de contención contra la destrucción institucional y social que avanza con la 4T.
La reunión no fue mero protocolo; fue una muestra de estrategia política. Cada comité estatal expuso su realidad, sus retos y sus propuestas, en un ejercicio de evaluación que fortalece la cohesión interna. A diferencia del centralismo autoritario de Morena, el PRI demostró que escucha a sus bases, que construye desde lo local hacia lo nacional, y que en su pluralidad encuentra su mayor fortaleza. La visión es clara: enfrentar con firmeza el desastre que deja el actual gobierno y presentar alternativas reales a los problemas que aquejan a los mexicanos.
Alejandro Moreno fue contundente en su mensaje: “En el PRI no nos doblamos, no nos vendemos y no nos intimidan. Estamos aquí para defender a México de los narcopolíticos y de los autoritarios”. Sus palabras encendieron los ánimos y confirmaron que el partido tiene rumbo. La unidad del PRI no se trata de discursos vacíos, sino de acciones concretas, como la denuncia permanente de los abusos del gobierno, la presentación de propuestas viables y la construcción de una red de resistencia en cada estado de la República.
Este encuentro nacional, lejos de ser un acto de rutina, marca un antes y un después en la oposición política. Con una militancia fortalecida, con estructuras renovadas y con la convicción de que México no puede caer en la dictadura que Morena pretende imponer, el PRI salió a decirle al país y al mundo que está listo para la batalla. Morena tiembla ante un PRI unido, combativo y decidido a defender la democracia. Y es que cuando el PRI se mantiene firme, México también se mantiene en pie.
Con unidad, firmeza y compromiso, el PRI deja claro que su lucha no es solo política, sino profundamente social. Cada esfuerzo está encaminado a fortalecer al partido en cada rincón de México, construyendo una oposición sólida y cercana a la gente. El objetivo es claro: servir a la ciudadanía, recuperar la confianza de los mexicanos y enfrentar juntos al mal gobierno de Morena, que ha hundido al país en la inseguridad, en la crisis económica y en una narcodictadura que lastima a las familias mexicanas. Frente al desastre de la 4T, el PRI se presenta como la alternativa real, con la convicción de defender a México y devolverle un futuro de justicia, libertad y oportunidades.
