
La multitudinaria movilización en la CDMX, que recorrió Paseo de la Reforma desde la Diana Cazadora hasta la Torre del Caballito, encendió las alarmas en el oficialismo; hoy buscan callar en redes a quien se ha convertido en la voz de miles de mexicanos violentados e ignorados por el régimen
La histórica marcha que recorrió Paseo de la Reforma en la Ciudad de México marcó un antes y un después en la política nacional. Desde la glorieta de la Diana Cazadora hasta la Torre del Caballito, miles de personas se volcaron a las calles para respaldar a Alejandro Moreno Cárdenas, demostrando que el PRI está más vivo que nunca y que la ciudadanía ha encontrado en su dirigente una voz que representa su hartazgo frente a un régimen autoritario. La magnitud de esta movilización dejó sin argumentos al oficialismo, que no pudo ocultar su incomodidad ante un pueblo que salió a defender sus derechos, su democracia y a un líder que se ha atrevido a señalar la corrupción y la incompetencia de Morena.
El eco de esa marcha fue tan fuerte que las consecuencias no tardaron en llegar. Apenas unos días después, las redes sociales de Alejandro Moreno comenzaron a sufrir un ataque directo: el día de hoy videos sin audio, publicaciones manipuladas en los comentarios y un evidente intento por silenciar sus mensajes. Esto no es una coincidencia, es la reacción desesperada del gobierno morenista que ha perdido el control de la narrativa y que teme a la influencia de un dirigente opositor que, con firmeza y sin titubeos, ha denunciado la violencia, la inseguridad y los abusos de un régimen que cada día se parece más a una dictadura.
Morena sabe que Alejandro Moreno no habla solo por él mismo, sino por miles de mexicanos que han sido violentados, olvidados e ignorados por el actual gobierno. Su voz se ha convertido en la de aquellos que exigen justicia y dignidad, en la de quienes han perdido a familiares en la ola de violencia, en la de quienes viven las consecuencias del abandono institucional y en la de quienes ya no creen en las falsas promesas del oficialismo. Por eso intentan callarlo: porque saben que cuando Moreno habla, habla el pueblo.
El miedo del oficialismo quedó al descubierto. Primero intentaron desacreditarlo, luego lo atacaron políticamente, y ahora recurren a la censura digital como su última herramienta para frenar un movimiento que crece cada día más. Pero lo que no entienden es que callar las redes de Alejandro Moreno no significa callar a la ciudadanía. Al contrario, confirma que su liderazgo incomoda, que sus denuncias son ciertas y que su voz es hoy la más fuerte contra un régimen que intenta imponer el silencio. La marcha en Reforma no solo mostró un PRI vivo: mostró que México aún tiene esperanza y que esa esperanza tiene nombre y voz.